Cuando empezaba recién mi negocio de la Cuchillería Don Juan, un cliente que está en Nueva York me dijo: “No vayas a delegar nunca tu contacto con los clientes, todos siempre queremos hablar con el dueño”; por cosas de la vida, tenía tanto trabajo en el taller que tuve que delegar la atención al cliente, y en verdad los colaboradores que tuve en su momento hicieron un excelente trabajo, atendiendo a los interesados en mis artesanías.
Pero luego de trabajar en exceso con las máquinas de mano, tuve una lesión en el tendón que hizo que el 70% del mismo se soltara a la altura del hombro y me vi obligado a parar por un poco más de 4 meses. Tenía en ese momento más de 70 proyectos en lista de espera, y contacté con cada uno de mis clientes para comentarles que debía parar por unos meses por la lesión. En ese momento me di cuenta que lo que verdaderamente me gusta es hablar con ellos y tratar de plasmar en los cuchillos sus ideas; por decirlo de una manera materializar lo que está en la mente.
Aprovechando esa capacidad que tengo, de poder entender lo que es una idea nada más, hoy tomo el desafío de adentrarme a un rubro que demanda la misma capacidad; poder entender lo que el cliente está buscando y ver las opciones que más se adaptan a su realidad. Por eso es clave, la reunión personalizada, estrechar las manos y ponernos explorar las opciones que se adaptan a su realidad.
Por ello la CONFIANZA es clave en el proceso de búsqueda y análisis de las opciones que más se adapten a tus necesidades.